Entradas

Mostrando las entradas de marzo, 2017
Bienvenidos sean los refugiados GUILLERMO DE LA DEHESA En muchos de los países pobres y emergentes de origen migratorio, los sistemas educativos son limitados, por lo que son las mismas familias las que detectan quién es el más inteligente o el más emprendedor y, como es lógico, apuestan todos por él para que intente sacarles de la pobreza logrando un empleo en otro país, si no ha podido conseguirlo o lo ha perdido en el suyo. Si el que emigra proviene de un país tradicional de emigración sabe que siempre puede encontrar un familiar o amigo en su destino que le acoja y le oriente. Asimismo, no podemos olvidar que no hace mucho tiempo (en los años cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo pasado) muchos españoles tuvieron que emigrar a América del Sur y al resto de Europa. Lo hacían, bien para evitar una dura persecución política e ideológica, bien para poder encontrar trabajo fuera de una España empobrecida, tras la horrible Guerra Civil y sus persecuciones posteriores, co
Imagen
El campo y la ciudad Colombia, de país rural a país urbano José Olinto Rueda Al iniciarse el presente siglo, el país vivía la mayor  represión de su historia republicana, producto en gran medida de las numerosas guerras civiles, del estancamiento económico y de la desorganización social. Para entonces, la tasa de crecimiento anual se situaba alrededor de 13 personas por cada mil habitantes; según el censo de 1905, Bogotá alcanzaba los 100.000 habitantes, mientras que Medellín, Cali y Barranquilla oscilaban entre los 30 y los 50 mil. El resto de capitales de departamento albergaban menos del 10 % de la población. Colombia era un país de labriegos. Este panorama variaría radicalmente durante la presente centuria. En las primeras décadas el país vivió un progresivo y acelerado proceso de recuperación demográfica, originado en lo fundamental, por el permanente y notable descenso de la mortalidad. A comienzos de siglo un colombiano vivía, en promedio 28.5 años. Cuarenta años des