10 PÁRRAFOS PARA NIVELAR 11





COMPLETE LOS ENUNCIADOS DE LA MEJOR MANERA SEGÚN EL SENTIDO DE CADA PÁRRAFO


1 Venezuela se embarcó en un camino peligroso con la elección de Hugo Chávez en 1998, que cobró más impulso después de la huelga fallida de los trabajadores petroleros a finales de 2002 y principios de 2003: construyendo el socialismo después de la Guerra Fría, con el apoyo de Cuba y prácticamente nadie más. La inteligencia y el apoyo de seguridad de Cuba continúan en Caracas, pero los altos precios del petróleo desaparecieron en 2014, al igual que la generosidad al estilo Arabia Saudita que el gobierno venezolano tenía con La Habana. Aquellos días de gloria se terminaron hace mucho tiempo; ahora todo lo que importa es sobrevivir.

El problema de la economía venezolana radica en 


2. Joseph Stiglitz dijo: “El mundo se ha vuelto más competitivo, porque la torta (de la economía mundial) se ha reducido, y los países se están disputando ferozmente sus cuotas de mercado en el exterior… Hace 100 años pasamos de la agricultura a la manufactura, y la Gran Depresión (de 1930) es vista como el punto de demarcación.  Ahora nos estamos moviendo de la manufactura a una economía de servicios. Y eso significa que los países deben prepararse, tener los conocimientos y habilidades para competir en un mercado global”.


Una política económica de empleo coherente con lo dicho por Stiglitz debería ser


3. A primera vista da la impresión la India es un país increíblemente pobre, sin muestras de visible progreso. El tráfico es un caos, sus edificaciones muy viejas, se ve a miles de personas durmiendo a la intemperie, etc. Pero las primeras impresiones suelen ser engañosas. Se ha pronosticado que India será la tercera potencia mundial en 2020, después de Estados Unidos y China. El crecimiento económico de los últimos años ha promediado un 8.8% anual, el doble de Latinoamérica y el país ha sacado de la pobreza a más de 100 millones de personas en los últimos 15 años, desde que inició su apertura económica. En las últimas dos décadas la clase media se ha cuadruplicado.


De acuerdo con la información presentada, el caso de la India  demuestra que 


4. En las últimas dos décadas del siglo pasado, varios países de la región latinoamericana adoptaron políticas de ajuste estructural para enfrentar graves problemas económicos originados por el elevado monto de endeudamiento, contraído gracias al fácil acceso a créditos por la abundante liquidez originada por la elevación de los precios del petróleo. El posterior incremento de las tasas de interés convirtió las deudas prácticamente en impagables. En muchos, casos estos créditos sirvieron para financiar el déficit fiscal. El capital financiero y las instituciones que lo cautelaban, particularmente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, impusieron rígidas condiciones y controles en las economías nacionales para asegurarse el pago de las deudas. Estos hechos contribuyeron a poner fin a un período, iniciado a mediados del siglo pasado, en el que las estrategias económicas de los gobiernos se orientaban, con mayor o menor convicción, a fortalecer los mercados internos, a desarrollar las manufacturas y a sustituir las importaciones.

Según el texto,  la etapa en la que los países de Latinoamérica  se enfocaban en el fortalecimiento de su aparato productivo,  llegó a su fin, debido a 



5. La globalización vinculó más estrechamente las economías nacionales a los mercados internacionales. El grado de intensidad y velocidad de esta vinculación dependió de las orientaciones de los gobiernos en materia de política económica, influidas, a su vez, por opciones ideológicas de la propia fortaleza institucional del Estado, de su sensibilidad ante los problemas sociales y ambientales y de la mayor o menor participación social y política de sus respectivas sociedades civiles.


De acuerdo a lo anterior, la agenda política en los países pudo influir en


6.  En el año 2012, la oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe publicó los resultados de un estudio realizado en 17 países de la región para conocer si había procesos de concentración de la propiedad de la tierra y, de haberlo, cuáles eran sus modalidades (Soto Baquero y Gómez, 2012). Los estudios mostraron que la concentración y la extranjerización de las tierras agrícolas son importantes en la región, más allá de las orientaciones políticas de los gobiernos. Pero, a diferencia de lo que ocurre en África y en Asia, los compradores de tierras más importantes en América Latina son inversionistas nacionales o transnacionales regionales («translatinas»). También se constató que la concentración ocurre particularmente alrededor de los rubros de exportación, sobre todo de soja y otros granos, biocombustibles, productos de exportación tradicionales (bananos, café, frutos tropicales) y no tradicionales (frutas, hortalizas), y productos forestales. Otro rasgo de estos procesos es que se construyen fuertes cadenas de valor que incluyen el control de insumos y la producción, la distribución y la venta del producto con posibilidades de comportamientos monopólicos.

En América Latina, a diferencia de lo que pasa en África o en Asia, la propiedad de la tierra 


7. Desde inicios de la Colonia, el control de la fuerza de trabajo se realizó a través de la vigilancia en el acceso a la tierra. Con la implantación de las reformas borbónicas y las nuevas posibilidades de desarrollo, este proceso se acelera. La gran mayoría de las tierras en la Nueva Granada permanecían en manos de una minoría bastante reducida. Los que iniciaban algunas actividades de colonización difícilmente obtenían la propiedad sobre sus mejoras, al resultar éstas adjudicadas a los hacendados terratenientes. Fue este estilo de control de la propiedad sobre la tierra el que constituyó el factor que determinó la estructura agraria en la Colonia y en el siglo XIX. De aquí resultaron las formas de contratación de la fuerza de trabajo: aparceros, agregados, colonos, jornaleros. Estas formas de contratación se dieron por la concentración de la propiedad, teniendo en cuenta la población rural que forzosamente dependía de las Haciendas, ya fuese viviendo en ellas como los aparceros, agregados o esclavos; o trabajando ocasionalmente en ellas como los jornaleros y colonos.  En todo caso, a pesar de la abundancia de tierras, en la frontera agraria el latifundio tiene acceso prioritario a ellas, en gracia al interés monopólico, con lo cual se genera otra dinámica: el latifundio siempre estará persiguiendo constantemente la frontera agraria. Precisamente, el acelerado interés por hegemonizar y ampliar el dominio sobre la tierra fue lo que propició los enfrentamientos agrarios a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Desde este punto de vista, el latifundio en una economía agraria permite una alta concentración del ingreso y del poder político que fue lo que facilitó la prolongación (durante el siglo XVIII y XIX) de los privilegios de la Encomienda y la Mita Agraria a través del monopolio sobre la tierra.


8. Las condiciones de crecimiento de la agricultura en Colombia durante el siglo XIX se dieron dentro de un marco tradicional, que a la vez respondía a los crecimientos de la demanda externa o interna, pero sin la incorporación de mejoras técnicas que la constante oferta permanente de tierra y la creciente oferta de fuerza de trabajo permitía, ayudado además por una legislación que facilitó el acaparamiento de la tierra. Al no responder esta agricultura tradicional con rapidez a la demanda interna de alimentos, comenzaría su modernización, algo no necesario antes, pues existía disposición de fuerza de trabajo que, aunque escasa, era económica, factor que determinaba los aumentos de la producción. La "modernización" en la agricultura sucedería después de 1920 con la decidida penetración del capital al campo.


9. En los últimos 15 años, varios países de la región, de la mano de movimientos sociales cercanos a los gobiernos, han logrado cambiar sus Constituciones incorporando elementos más amplios en cuanto regulación y garantías para el derecho integral de la tierra y su distribución; pero durante los años 90, la mayoría de los países sudamericanos reformaron sus leyes agrarias desde un enfoque partidario del mercado que se contrapone a las medidas constitucionales mencionadas. Esto ha determinado que a pesar de la importancia de las tierras colectivas para los pueblos campesinos, indígenas y afro descendientes de Sudamérica, en las actuales políticas agrarias de nuestros países,  los avances en cuanto a su reconocimiento no han sido los esperados, poniéndose en riesgo las posibilidades de mantener sistemas de tenencia equitativos y dignos, lograr niveles interesantes de desarrollo económico y social, e incluso avanzar en cuanto a respeto de los derechos humanos y de la propia naturaleza.

10. El Acuerdo de paz no limita la propiedad privada, como lo pregonaron los partidarios del No al plebiscito. Por el contrario, aspira a regularizarla mediante la formalización de siete millones de hectáreas para garantizar los derechos de pequeños y medianos propietarios y poseedores de tierras, frente al riesgo de despojo. Además, prevé la distribución gratuita de tres millones de hectáreas para hombres y mujeres trabajadores agrarios sin tierra o con tierra insuficiente. Estas últimas provendrán de predios ilegalmente adquiridos, cuyo dominio se haya extinguido judicialmente, o de baldíos recuperados por la Nación, o de bienes sustraídos a zonas de reserva forestal, así como de tierras donadas y también de fincas inexplotadas o expropiadas con previa indemnización, conforme a la legislación existente. No hay en esta materia ninguna innovación extraña a lo establecido institucionalmente.



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