RECUPERACIÓN 2 PERIODO GRADO 11
MIGRACIONES AMBIENTALES
Huyendo de la crisis ecológica en el siglo XXI
Jesús M. Castillo
Por ejemplo, en la Guerra de Vietnam el ejército de Estados Unidos bombardeó miles de hectáreas de bosques ecuatoriales con agentes defoliantes y napalm, obligando a desplazarse a miles de personas que vivían de los recursos naturales de estos bosques. Aún hoy en día, los ecosistemas de Vietnam sufren los efectos de los 80 millones de litros de agente naranja (un herbicida) empleado indiscriminadamente por el ejército de Estados Unidos entre 1962 y 1971. Las dioxinas que contenía mataron a cientos de miles de personas y causaron deformaciones a medio millón de recién nacidos, según el Gobierno de Vietnam. Casi cuarenta años después del último rociado con agente naranja, el producto aún causa problemas de salud (como cáncer y malformaciones) a tres millones de personas 23. Algo parecido sucedió en Birmania, donde el Gobierno fomentaba la deforestación para acabar con las zonas donde se ocultaba la guerrilla de la minoría étnica karen. Esta deforestación salvaje desplazó a más de 15 millones de habitantes que dependían de los bosques para construir sus casas, calentarse, cocinar y conseguir alimentos.
En las Guerras del Golfo y la invasión por parte de Israel del Líbano en 2006 se produjeron mareas negras y se quemaron pozos petrolíferos provocando «lluvia negra». Estos impactos afectaron incluso a zonas alejadas del conflicto y provocaron la migración de parte de sus habitantes debido a la degradación ambiental. En la guerra de Yugoslavia pasó algo similar cuando los bombardeos «aliados» de instalaciones químicas y petroquímicas provocaron una grave degradación ambiental, incluyendo vertidos tóxicos al río Danubio que afectaron gravemente a las poblaciones situadas a lo largo de su cauce en países como Bulgaria y Rumania.
Por otro lado, una mayor degradación ambiental puede aumentar la escasez de recursos naturales lo que, a su vez, puede fomentar los conflictos bélicos para su control, como las cada vez más abundantes «guerras del agua». De los 47 Estados con menos acceso a reservas de agua, en 25 existe un riesgo elevado de que estallen conflictos armados o revueltas sociales como consecuencia del cambio climático y su impacto sobre los recursos hídricos. Ejemplos de estos conflictos armados por el acceso a los recursos hídricos son la ocupación de Israel de los Altos del Golán en Líbano, una zona montañosa rica en agua en medio de una gran extensión de llanuras subdesérticas, y la construcción del «muro de la vergüenza» por parte también del Estado de Israel que separa a la población palestina de sus fuentes históricas de agua, una infraestructura criminal condenada por el Tribunal Internacional de la Haya.
LA HISTORIA SE REPITE EN SIRIA
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